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Deulofeu, el sabio que nos habían escondido.

El Triangle. Año 16. Número 745. Del 19 al 25 de septiembre del 2005. Página 1.

Deulofeu, el sabio que nos habían escondido.

Historiador, filósofo, científico y político republicano, Alexandre Deulofeu dejó una obra teórica que ahora se recupera.

Campo abierto. Páginas 36 y 37.

Un estudio de diversos historiadores saca del olvido el teórico ampurdanés.

Deulofeu, el proscrito recuperado.

Químico y farmacéutico, activista republicano, creador de una teoría del progreso basada en el estudio de los ciclos históricos, hombre honrado, Alexandre Deulofeu es otro eslabón de la cadena de pensadores que están siendo desenterrados del olvido que ha sufrido nuestra historiografía. Gracias a Enric Pujol, Jordi Casassas, Juli Gutiérrez, Francesc Roca y muchos otros, ahora sabemos más de un personaje irrepetible.

Alexandre Deulofeu, un personaje hasta ahora en la oscuridad, revisitado por los historiadores.Alexandre Deulofeu, un personaje hasta ahora en la oscuridad, revisitado por los historiadores.

Pep Martí. Barcelona.

Pocas personas pueden lucir una versatilidad tan apabullante en los diversos ámbitos del conocimiento como Alexandre Deulofeu (1903-1978). Científico, filósofo, político de ideas progresistas, historiador, padre de teorías originales y profesor, un libro coordinado por el historiador Enric Pujol, recupera la memoria. Esta obra, La matemática de la historia. La teoría cíclica de Alexandre Deulofeu (Brau Edicions), rehace una página perdida de la historiografía catalana. Este título incluye estudios de Pujol, Jordi Casassas, Francesc Roca y Juli Gutièrrez Deulofeu.

Alexandre Deulofeu fue siempre un cerebro inquieto que huía del cercado de las especialidades. El padre era farmacéutico y él acabaría, a partir de los años cuarenta, regentando una farmacia. Pero el Deulofeu joven fue profesor en los ambientes del republicanismo local. Se podría decir que Deulofeu es fruto de una villa -aunque él nació en La Armentera- liberal en la cual tuvieron un papel decisivo la menestralía y el federalismo.

Republicano del Ampurdán.

Entró en política y su nombre está estrechamente vinculado a instituciones surgidas del progresismo ampurdanés, como la Juventud Nacionalista Republicana, Empordà Federal

-semanario del cual fue una de las almas- y ERC. Por este partido fue regidor del Ayuntamiento de Figueras y, ya en plena Guerra Civil, alcalde. De aquella época ha dejado unas aconsejables Memòries de la revolució, de la guerra i de l’exili (Memorias de la revolución, de la guerra y del exilio, Editorial Emporitana, 1974).

La tradición del republicanismo figuerense es muy rica y una expresión más de una corriente de fondo, ligada al crecimiento de la ciudad y a un sentimiento de orgullo muy bien diseñado (ver pieza). El político y comerciante Puig Pujades (1883-1943), un exponente de la burguesía progresista local, es quizá el nombre más representativo de la generación de jóvenes idealistas que definen la historia de la ciudad ampurdanesa a partir del comienzo del siglo.

En el momento de estallar la Guerra Civil, Deulofeu era el alcalde accidental de Figueras -el titular, Marià Pujolà, estaba fuera- y tuvo que hacer frente a los militares sediciosos que tenían guarnición en el castillo de Sant Ferran. También se opuso a la acción de los grupos incontrolados. Poco después se volvió a hacer cargo de la alcaldía.

El exilio lo sufrió, como muchos otros republicanos, en Francia y no pudo volver a su tierra hasta 1947.

Marginación.

Deulofeu no tuvo suerte con las corrientes académicas dominantes. Su adscripción a las corrientes historiográficas que defendían la tesis -bien discutible- que la historia de la humanidad se repetía con regularidad matemática le costó la oposición, si no el menosprecio, de muchos sectores. Un valor añadido de la obra de Brau Edicions es que ha evitado caer en el homenaje acrítico. No pretende afirmar que las teorías cíclicas del pensador ampurdanés estuviesen revestidas de la verdad, sino mostrar su valor como herramienta de análisis y de prospectiva.

Juli Gutièrrez Deulofeu es nieto del filósofo y la persona que ha trabajado más intensamente para recuperar la figura del abuelo. Ya lo hizo en el libro Alexandre Deulofeu: la matemàtica de la història (Alexandre Deulofeu: la matemática de la historia, Llibres de l’Índex, 2004). Él explica a El Triangle algunas claves para entender su pensamiento. Coincide con Enric Pujol en considerar que, aún siendo un defensor de les teorías cíclicas del progreso, no se le puede poner en el mismo saco que Spengler y Toynbee, pensadores de marca muy reaccionaria. Para Gutiérrez, «Deulofeu no compartía el pesimismo de Spengler (ver pieza) sobre la marcha de la humanidad: era un optimista y decía que no había choque de civilizaciones, sino una sucesión de éstas».

El nieto del historiador explica: «él afirmaba que las civilizaciones solían durar unos 5.100 años, en tres fases de unos 1.500-1.700 años. En un primer ciclo la civilización emergente copiaba muchas cosas de la precedente. Es lo que pasó con Grecia, muy influenciada por la anterior, Egipto. Después, un segundo ciclo era de asentamiento, como sucedió en la Grecia clásica con Aristóteles, Platón y el Partenón. Más tarde vendría una tercera etapa de renacimiento».

Ahora estaríamos, según los cálculos de Deulofeu, en plena segunda fase de la cultura occidental, iniciada hacia el año 1000 y que duraría hasta el 2.500 o 2.700. Esta etapa ha incluido la edad media, que él no juzgaba del todo negativamente, la formación de los estados modernos y la pujanza del imperio alemán.

Hace falta decir que en las «previsiones» de Deulofeu hay hechos sorprendentes que muestran, si no la certeza de sus teorías, sí la agudeza de algunos de sus análisis. Aseguró que Alemania se convertiría en la potencia más fuerte de Europa y que superaría la derrota de la Segunda Guerra Mundial. «Anunció» la caída del imperio soviético, un régimen que él consideraba apto solamente para pueblos esclavos. Su concepción del comunismo como una alternativa para pueblos aún poco conscientes de su libertad hizo de Deulofeu un hombre odiado para un sector de la historiografía marxista.

Juli Gutièrrez afirma: «El abuelo era un proscrito que fue víctima de críticas feroces e incluso de burlas, pero él siempre dejó fuera de juego a todos aquellos que se le acercaban esperando encontrar un ‘simple farmacéutico de pueblo’. En realidad, era un sabio que podía traducir los textos de los clásicos, que tenía unos conocimientos filosóficos y científicos muy profundos».

Como hecho ilustrativo de la ruptura que hizo el franquismo y a la vez del olvido con que la academia mantenía a Deulofeu, hace falta citar que fue un filósofo y militar argentino Abelardo Gabancho -un liberal que tuvo problemas con los regímenes dictatoriales de su país-, que había leído la obra de Deulofeu, el cual le visitó en Figueras poco antes que muriese. Enfermo de cáncer de huesos, Deulofeu todavía tuvo ánimos para volar a la Argentina, donde Gabancho le dio a conocer en círculos intelectuales.


El Ampurdán, el territorio que se supo vender como centro de modernidad.

Existe en cierta manera un mito del Ampurdán moderno, vanguardista, rompedor, que se hace fuerte al principio del siglo XX. En esto intervienen diversos factores, muy bien explicados por el catedrático de la UB Jordi Casassas, experto en la historia cultural de Cataluña. Entre estos factores hay las búsquedas arqueológicas en Ampurias, animadas por Puig i Cadafalch; la afirmación del mismo Deulofeu que el Ampurdán y el Rosellón eran el núcleo originario del románico; el cariz de ser su capital, Figueres, ciudad de frontera, y los cambios en su sociología, con una inmigración importante que la hace ciudad dinámica.

El caso de Figueras es evidente: centro de una profunda reforma urbanística que refunda la ciudad y núcleo de un movimiento republicano, de raíz federalista, que sabe aglutinar sentimiento patriótico y política social. Los cambios en el urbanismo los puede simbolizar la inauguración de la Rambla, con un monumento, precisamente, a un nombre también simbólico de la modernidad, Narcís Monturiol, inventor y socialista utópico. Es Casassas quien habla, con gracia, del federalvanguardismo figuerense; el listado de nombres que surgen de este mundo sería larguísimo: Fagues de Climent, Salvador Dalí, Carles Pi i Sunyer, la novelista Maria Àngels Vayreda, Joaquim Xirau, Víctor Català…


Teorías. Las influencias sobre Deulofeu.

‘Cíclicos’ de derecha y de izquierda.

Ha habido muchos teóricos que han especulado sobre posibles leyes matemáticas que explicarían el progreso del hombre. Pero no todas se pueden poner en el mismo saco. Friedrich Nietzche hablaba de un eterno retorno para mostrar el paso de los acontecimientos, un ciclo que continuamente iba dando vueltas. El también alemán Oswald Spengler (1830-1936) elaboró también una teoría con un enfoque parecido.

Para el historiador Enric Pujol, «Deulofeu es un teórico de los ciclos históricos influenciado por la obra de Oswald Spengler, pero yo creo que hay muchas diferencias entre ellas». El autor de La decadencia de Occidente no escondía un gran pesimismo, así como una voluntad reaccionaria en favor de las élites, que habían de ser las titulares naturales del poder en las sociedades. Spengler hablaba de ocho grandes civilizaciones: egipcia, babilónica, grecoromana, india, china, mexicana, árabe y occidental, y todas seguían un proceso de tipo biológico que las conducía a la muerte. Pujol cree que Deulofeu fue, en cierta manera, deudor y discípulo de Spengler, pero del todo distante respecto de su ideología. Si el alemán era belicista, Deulofeu era pacifista y admitía la noción de progreso. El conocimiento de las leyes históricas, para él, había de servir para cambiar la historia.

El libro coordinado por Enric Pujol (Brau Edicions).

El libro coordinado por Enric Pujol (Brau Edicions).

Nietzsche ya hablo de un 'eterno retorno'.

Nietzsche ya habló de un «eterno retorno».

Alexandre Deulofeu, a punto de cortar maleza, en su masia de Ordis.

Alexandre Deulofeu, a punto de cortar maleza, en su masía de Ordis.

Enric Pujol. Historiador.

Ha habido un agravio respecto a Deulofeu y ahora lo hemos de recuperar.

El historiador Enric Pujol explica que el libro que han publicado «quiere estar al margen de la hagiografía y del escarnio: hemos recuperado la figura y la obra de Alexandre Deulofeu de manera ecuánime, y al hacerlo así ya lo hemos situado en el lugar importante que le corresponde». Para Pujol, «ha habido un agravio histórico respecto Deulofeu y ahora lo hemos de recuperar. El agravio ha venido del mundo de la academia, también del cuestionamiento de las teorías cíclicas de la historia, que él preconizó, pero también de la carencia hasta hace poco en nuestro país de una historia de la historiografía. A medida que avanzamos en el conocimiento de nuestra propia tradición historiográfica, recuperaremos autores y pensadores relevantes como él».


Figueras.

En Figueras es donde surgió en el cambio de siglo toda una generación de intelectuales, al abrigo del crecimiento urbano y de una sociedad dinámica.

Tramuntana heterodoxa.

El Ampurdán federalista ha dado figuras sin las cuales la cultura catalana no sería la misma: Narcís Monturiol, Víctor Català, Carles Pi i Sunyer, Puig Pujades, Maria Àngels Vayreda, los hermanos Xirau…

Los ortodoxos de todos los rincones no perdonaron nunca a Deulofeu sus teorías imaginativas y heterodoxas. El tiempo, sin embargo, acabó colocando en su lugar los falsos sabios de los supuestos finales de la historia.